
Después de un arduo proceso de lucha por el reconocimiento de los derechos civiles y políticos de la mujer, en 1957 fue la primera vez que las colombianas pudieron acudir a las urnas para ejercer su derecho al voto, desde entonces se han hecho esfuerzos, en muchos casos tímidos, por aumentar su participación en la vida pública.
La baja intervención de las mujeres en la esfera política es un problema a nivel mundial, pues de acuerdo con ONU Mujeres “en solo 22 países hay Jefas de Estado o de Gobierno, y 119 países nunca han sido presididos por mujeres”.
Si bien la participación de estas en las altas esferas de toma de decisiones es fundamental para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, aún queda un largo camino por recorrer para lograr la igualdad de género en la política, pues aunque las mujeres cuentan con altos niveles de educación, su llegada a posiciones de poder y cargos de dirección tomará tiempo.
Entre las causas de la baja intervención en este ámbito se encuentran el tradicionalismo, especialmente en sociedades como la Latinoamericana, prácticas culturales excluyentes, el papel que han desempeñado históricamente como principales cuidadoras del hogar, condiciones como la pobreza y la baja financiación de sus campañas.
De acuerdo con el informe “Análisis sobre el acceso a recursos para la inclusión efectiva de las mujeres en la política” publicado por Transparencia por Colombia y ONU Mujeres, en cooperación con USAID, la corrupción es uno de los principales agravantes de la exclusión de la mujer en este sector, pues afecta “la garantía y el cumplimiento de derechos humanos”, especialmente de grupos que tienen un mayor riesgo, como es el caso de las mujeres y niñas, ya que ellas representan la mayor proporción de personas en situación de pobreza y la corrupción agrava las desigualdades.
En el caso de estas elecciones, las Corporación Transparencia por Colombia destaca que las listas preliminares para el Senado están compuestas en un 40% por mujeres, mientras que las de la Cámara de Representantes están conformadas por un 41,2%, lo cual representa un avance frente a las elecciones del 2018, pues para ese entonces estas contaban con la participación de las mujeres en un 33% y un 36% respectivamente.
La Registraduría Nacional del Estado Civil señala que en el 2018 solo el 19% de las mujeres fueron elegidas para Cámara de Representantes, mientras que el 21% logró llegar al Senado, sin embargo, cabe resaltar que los departamentos de Chocó, La Guajira, Vaupés, San Andrés y Amazonas, obtuvieron representación femenina ante la Cámara por primera vez.
En cuanto a las campañas políticas, Transparencia por Colombia logró identificar que por cada millón de pesos que recibe una candidata a la Cámara de Representantes, un candidato hombre recibe 1.7 millones en financiación, situación similar a la que se enfrentan las candidatas al Senado.
Para las elecciones parlamentarias de este 2022, se encontró que de los 2.835 candidatos inscritos, 1.131 son mujeres, algunas avaladas por partidos o movimientos con personería jurídica, coaliciones, movimientos sociales, organización de víctimas o campesinas y representación de las comunidades étnicas.
Es difícil saber qué porcentaje de mujeres serán elegidas durante estos comicios, tanto para la elecciones presidenciales como para el Congreso, no obstante la participación activa que han venido realizando es muy importante, pues demuestra el gran interés que existe por la política y la toma de decisiones en el país.
Históricamente las mujeres que han logrado un mayor apoyo en lar urnas han sido las candidatas presidenciales Marta Lucía Ramírez con 1.997.980 votos, Clara López con 1.958.518 y Noemí Sanín, quien marca la mayor cantidad de votos alcanzada por una mujer, con 2.825.706.
Por último, para estas elecciones más de 38 millones de colombianos están habilitados para ejercer el derecho al voto, de los cuales 20.031.855 son mujeres.
Fuente: Oficina de Prensa Cámara de Representantes
Comunicado de María Paula Carlos Nieto